Una impresionante cantidad de dinero, especialmente para la época y en un momento en que el mismo no le sobraba a la Argentina, fue prestada al Gobierno de Cuba, en el año 1973, en condiciones muy confusas en cuanto a la modalidad aplicada, tanto que hasta algunos estudiosos del tema han manifestado que las cifras podrían ser mucho más altas que las denunciadas por el entonces Ministro de Economía, JOSÉ BER GELBARD, quien siendo un fervoroso simpatizante del castrismo, se hizo cargo personalmente del caso.

Lo único seguro es que fueron en total - hubo varias entregas-, algunos miles de millones de dólares, pero sin dejar de considerar, otra vez, lo que esa cifra representa a la fecha.

Un intento de actualización de la deuda de Cuba a la Argentina, rescatable por la seriedad de la fuente, la hizo en el año 2009, el Economista argentino ORLANDO FERRERES, quien la fijó por entonces en 11.000 millones de dólares, aclarando que no podría asegurar la precisión de dicha actualización. Si esta respondiese a la realidad, ya nomás, por el pasaje de cinco años, debería haber trepado a una cifra mucho más importante todavía.

Nunca el kirchnerismo se ocupó del tema, ni siquiera en los peores momentos de la Economía de sus Gobiernos, cuando ese dinero hubiese representado la solución a tantos problemas que siguen vigentes, por la excusa, precisamente, de que no había recursos.

Ese es un caso, el que el próximo Gobierno, sea cual fuere su signo, deberá investigar y resolver, como hecho de justicia, para todos los argentinos.

El otro es el de la deuda con Venezuela, sobre la que, curiosamente o no, también hay imprecisión. Y es que cómo no la iba a haber cuando los dineros llegaban a la Argentina, permanentemente y de modo secreto. No habrá que olvidar que el famoso descubrimiento que involucró al venezolano ANTONINI WILSON, fue absolutamente casual y puntual. Por entonces, lo único que se encontró fueron casi 800.000 dólares, de una cifra bastante superior, que solamente comprendió ese puntual vuelo. Por entonces abundaron las informaciones que hablaban de que el sistema aplicado para que HUGO CHÁVEZ les enviara dinero a los KIRCHNER, utilizaba frecuentemente esa modalidad que hacía que los aviones ingresaban a la Argentina a través de lugares especiales, deliberadamente no controlados, es decir, por “zonas liberadas”.

Hay una referencia cercana en el tiempo, que habla de la posible cifra que se le debe a Venezuela, y fue mencionada por el opositor venezolano HENRIQUE CAPRILES, quien la estimó en 12.000 millones de dólares, en una entrevista exclusiva que al venezolano le hizo el Diario argentino CLARÍN, el 22 de Diciembre último.

Deuda que razonablemente podría ser mucho mayor, si se considera el sistema tan cerrado y secreto con que se movían los Presidentes de ambos países, la Argentina y Venezuela. Situación que se prolongó por varios años, dando oportunidad entonces, a que los operativos de entrega de dinero fueran muchísimos. Claro está que HUGO CHÁVEZ no sólo enviaba petrodólares a Buenos Aires, sino que también lo habría hecho a Bolivia y presumiblemente a Nicaragua, según el contenido de algunas versiones, las que proceden de las mismas fuentes que piden el anonimato, y que aseguran que a los KIRCHNER les llegaban siempre cantidades más altas que a cualquier otro destinatario del Gobierno de CHÁVEZ, en razón de que a éste le interesaba especialmente que la Argentina no cayera en problemas económicos para así tener un aliado relativamente importante, de pie y firme. Propósito que coincidió siempre con lo pedido por FIDEL CASTRO, sobre nuestro país, y que los KIRCHNER acataban orgullosamente, y lo harían hoy nuevamente con los hermanos CASTRO, aún ausente CHÁVEZ, ya que con ellos CRISTINA KIRCHNER mantiene una fluida y cómplice relación.

Todo un tema para registrar y exigir en el futuro, la debida regularización, tanto en el pago como en el cobro debido.